26 de marzo de 2013

Diálogo de voces entre el Sistema y los Indignados

De cara a sanar los conflictos entre diferentes formas de ver el mundo, creo que es muy revelador el poder hablar en primera persona con cada una de ellas. Es un ejercicio de empatía, que puede provocar cambios importantes en ambos contendientes. A continuación voy a mostrar un ejemplo de diálogo de voces colectivas, que puede ensayarse en dinámicas ciudadanas. Podemos elegir gran número de voces. Yo he decidido empezar con las voces del sistema democrático-capitalista y la de los indignados contra este sistema, muy común en esta época. Empecemos dejando hablar al primero:
"Soy el sistema social y económico actual. Soy el orden establecido que trata de proteger a sus ciudadanos. Me apoyo en políticos, líderes, científicos y empresarios. Estoy hecho de normas y leyes que permiten que las personas sepan lo que pueden y no pueden hacer. Doy formación a los niños en los colegios, y también establezco un sistema de salud y de seguridad social. En mi parte económica y financiera, me apoyo en los bancos como gestores del dinero, y trato de crear un marco económico y laboral para que funcionen las empresas con sus trabajadores. Yo pido a mis ciudadanos que creen empresas y emprendimientos, o bien que sean unos buenos trabajadores. Si alguien no puede trabajar por causas de salud o familia justificadas, lo acepto y lo apoyo con mi sistema de protección. Pero no me gustan los vagos, a los que muchas veces hago responsables de su situación de desempleados. Como sistema, soy rígido, normativo y burocrático. Busco la estabilidad y el crecimiento, con ayuda de empresas competitivas. Ahora nos apoyamos en internet y la tecnología para vender más y ser más efectivos. Y claro, esto hace que sobren cada vez más y más personas en este sistema que soy. En realidad no tengo corazón, pues soy como una máquina, repitiendo programas. Por mi rigidez, muchas veces paso por encima de personas y de la ética social. Y dentro de mi puede haber corrupción, pues no es fácil controlarlo todo (aunque lo intento). Estos son defectos míos, pero es lo que hay. Creo que sin mi, el mundo se caería. Por mucho que los ciudadanos os quejéis, como sistema único posible, todo esto lo hago es por vuestro bien."
Posiblemente esta voz social tuviera mucho más que decir, pero por ahora es suficiente. Pasemos a la voz que se enfrenta y se indigna con la anterior, una voz postmoderna:
"Soy la voz iracunda que lucha contra este sistema injusto. Soy la voz de todos los ciudadanos que el sistema pisa y machaca. Yo si tengo corazón, aunque no tengo tiempo de acoger a nadie, pues estoy tan enfadado, que sólo puedo luchar contra tanta injusticia. Estamos hartos de que el sistema me diga lo que tenemos que hacer, sentir y pensar. Deseamos destruir tanta rigidez y mentira. No lo soportamos más. Para ellos no somos más que números, estadísticas, dinero y balances. La educación y la sanidad no valora lo humano. Este sistema ya no nos convence. ¡Esta machacando el medio ambiente! No votamos, vamos poco al médico, y si pudiéramos sacaríamos a los hijos de los colegios. Odiamos a las empresas, que destruyen el mundo y nos explotan como mano de obra barata. Y no nos gusta que nos culpen a nosotros de la crisis actual por considerarnos vagos y antisistema. El sistema financiero y los bancos dan asco, con su ansiedad de dinero, y sus corrupciones que saltan hasta los políticos. ¿Dónde queda la ética humana? ¿Cómo podemos vivir una vida digna dentro de esta mierda? Estamos desesperados, y no vemos una salida. Nos sentimos víctimas de algo ajeno a nosotros. Sólo en internet encontramos un medio más libre, donde intercambiar humanidad y participar en igualdad. Pero lo online está tan separado de la realidad de la calle... Y encima, queréis ahora también controlarnos y limitarnos nuestro último refugio digital. ¡Sois un monstruo que todo lo devora!"
Interiorizar el conflicto es doloroso. Pero vale la pena. Si cada parte es capaz de escuchar al otro con cierta profundidad, pueden empezar a ocurrir cambios, dentro de las posibilidades de cada uno. Veamos si algo se ha movido en la voz del sistema:
"Soy otra vez la voz del sistema. Realmente deseo daros estabilidad mis queridos ciudadanos. Ya sé que soy tan rígido, que ya no puedo adaptarme a los cambios complejos de estos tiempos. Veo cómo la crisis se lleva vuestras casas y vuestros empleos, y sinceramente me duele. ¿Pero qué puedo hacer? Soy como un gran barco intentando maniobrar por un canal estrecho. No tengo flexibilidad, ni tengo corazón. Perdí la ética por el camino y me cuesta reencontrarla, aunque lo intentamos dentro de las empresas con esto de la Responsabilidad Social Corporativa, que incluye sistemas de crecimiento sostenible. Y a nivel político deseamos ser más transparentes, pero nos cuesta dejar atrás tanta arrogancia de muchas décadas liderando y controlóndolo todo. Ojalá pudiéramos librarnos de las trabas de la corrupción, pero cuesta con tanta burocracia. No sabemos hacerlo mejor. Lo siento. Pero sí que siento como sistema que no puedo irme, que sostengo tanto peso y tanta bella historia de desarrollo humano, que aunque inflexible, soy muy valioso. De todas formas, comprendo cada vez más que necesito el apoyo y el esfuerzo sabio de todos mis ciudadanos. Gracias a vuestros emprendimientos, a vuestra labor social y ambiental, y a ese uso tan fantástico que hacéis de la tecnología, que resuelve tantas cosas que a mi se me escapan. Vale, lo reconozco, en muchas cosas soy muy incompetente como sistema, aunque en otras soy una base firme, un marco estable de derecho, que os puedo ofrecer. En realidad soy un gran padre, que os ama como puedo y sé, a pesar de mis propios problemas, y os ofrezco lo mejor que tengo."
Parece que al menos a esta voz se le ha despertado un poco de comprensión, tras escuchar las quejas de la voz de los indignados. Creo que podemos agradecer su apertura, hasta donde ella ha sido capaz. Veamos qué respuestas nuevas trae a la voz postmoderna:

"Si, aquí estamos de nuevo como voz indignada. Un poco más calmados y centrados. Nos cuesta confiar en este sistema, aunque valoramos sus esfuerzos. Creemos sinceramente que nos ayudó a llegar a donde ahora estamos, como sociedades occidentales, pero que ahora debe reconvertirse. Ya no abogamos por su destrucción, sino por su profunda renovación. Queremos como ciudadanos apoyar este cambio, aunque no sabemos bien cómo hacerlo. Somos los hijos del sistema, aunque nos duele la rigidez de nuestro gran padre. Se hace mayor, y ya no es capaz por si mismo de mantener a la familia humana unida. Creo que es el momento de que tomemos la responsabilidad del cambio, aunque no estamos entrenados para ello. Ojalá pudiéramos dialogar con el sistema, pero aún hay demasiadas cosas que nos separan. Ojalá pudiéramos juntos dar el salto, pero nos cuesta entendernos. Sí, internet es nuestro recurso para transformar el mundo, pues se adapta bien a estos tiempos turbulentos. También vemos que necesitamos despertar nuestras conciencias como personas, pues si no, seguiremos perdidos y desesperados, viendo cómo la naturaleza y la sociedad se van destruyendo. Somos una voz enfadada, que nos ayuda a despertar toda nuestra fuerza y capacidad. Reconocemos que también hemos sido muy arrogantes, autosuficientes, y que no nos gustaba nada que nos dijeran lo que teníamos que hacer. Somos muy listos, pero solos no podemos, ni siquiera unidos todos los indignados en red. Queremos también ofrecer lo mejor de nosotros... esperando algún milagro que mueva este mundo nuestro."
Tras un gran acto de entrega y apertura, esta voz indignada postmoderna ha dejado la puerta abierta. Igual que hizo la voz del sistema. Es de agradecer la valentía de ambos. Por fin se han reconocido como algo así como un gran padre y sus muchos hijos. Relajando tanta separación, si esto se trasladara a la vida real, seguro que empezaría a mover muchas cosas a nivel de humanidad. De todas formas, parece como si ambas voces tuvieran un techo, un punto del que no pueden pasar para transformar radicalmente el mundo. Tal vez haga falta la emergencia de un nuevo ser humano, entregado a la existencia y con el corazón y la mente más despierta. Una nueva voz humana que se apoye ampliamente en las tecnologías de la participación, resolviendo con sencillez los grandes retos complejos que aquejan al mundo. ¿Cómo podemos llamarla? Tal vez la voz de la humanidad integrada. Hablemos con ella a ver qué nos aporta nuevo:
"Hola, soy la voz de la humanidad integrada, y estoy encantada de estar aquí charlando contigo. Como voz colectiva soy el nieto del sistema, y el hijo de la postmodernidad. Los comprendo a ambos, pues tengo a los dos dentro de mí. Amo a mi abuelo, que como pudo y supo me dio valores y un lugar seguro en el mundo. También amo a mi padre, por tanto esfuerzo por gritar lo que no funcionaba. Yo soy el heredero de ambos. Me apoyo en lo mejor y más digno de ambos. Estoy orgulloso de mi origen. En realidad no somos toda la humanidad, sólo somos entre un 10 y un 15% de sus habitantes, pero somos los suficientes para acoger, motivar y encauzar al resto de personas en la dirección del bien común. Durante años hemos sido una generación perdida y unos niños aparentemente alejados de la realidad, dentro de los cibermundos, como ellos decían. No éramos del sistema, ni tampoco luchábamos contra él. Parecíamos seres pasotas, sin implicarnos, pero por dentro de todos nosotros estaba despertando algo fantástico. Aprendimos a empatizar con el mundo, y a sentirnos humanos dignos y valiosos. Y lo hicimos viajando, mirando nuestro interior, y también con ayuda de las comunidades de internet. Fueron años complejos, pero internamente muy creativos. Y cuando maduramos, nos lanzamos todos en bloque a crear iniciativas, con amor y compromiso, buscando este nuevo mundo que nuestros padres postmodernos ansiaban (sin saber bien cómo crearlo). Somos juntos la voz de la humanidad integrada. Cada uno de nosotros somos felices movilizando todo nuestro potencial y poniéndolo al servicio de la humanidad. No somos egoístas como nuestros queridos abuelos. Ni estamos tan desesperados como nuestros papis. La verdad es que somos muy buenos para convencer al sistema social y económico de que debe adaptarse y crear leyes más justas y humanas. Y este sistema, sin darse cuenta y sin tanto trauma, se está renovando de raíz aportando transparencia, apertura, cauces flexibles para emprender socialmente, y muchas otras cosas. Somos generosos y cuidamos a nuestros abuelos. Y para todo esto nos apoyamos en la gran humanidad que empezaron a despertar nuestros padres postmodernos. Ellos soñaron con estas utopías, y gracias a ellos podemos ahora empezar a dar el salto. Nuestra existencia como humanidad integrada sigue siendo difícil, pues tenemos muchos problemas (algunos heredados y otros nuevos), pero sabemos acogerlos con entereza y misión colectiva. Podemos resolver muchos de estos retos gracias a nuestras conciencias abierta y entregadas al universo, a nuestras significativas ciberculturas, a la flexibilidad de nuestras iniciativas distribuidas y alineadas, y gracias a esos sistemas de participación social en red tan potentes que tenemos. El mundo es un lugar más interrelacionado, y colaboramos entre todos para el bien común. Esperamos haberos inspirado. ¡Un abrazo fraterno!"
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Adelanto del libro "Internet e Interser", de Ignacio Gallego de Lerma Rojo, que saldrá a la luz en unas semanas.

6 de marzo de 2013

El espacio mixto del Ser-Net

Soy un ser humano. Y tu, querido lector, que comprendes lo que digo, también lo eres. Estamos unidos en la misma realidad de ser seres humanos. Como humanos, tenemos la cualidad de observarnos y observar nuestro entorno. Somos seres conscientes. Podemos mirar de cerca, zambullirnos en lo que ocurre, y sentir como esto nos afecta. Y también podemos mirar con distancia, tomando perspectiva e historia de las cosas. En el fondo de nosotros, miramos porque queremos comprender. Y tras comprender queremos actuar y crear. Además, deseamos que ese crear en el mundo surja de nuestra libertad y de nuestro amor por los demás. ¿Lo sientes así?

Vivimos en los años de internet. Redes de ordenadores ligados entre sí. Máquinas que hemos creado como seres humanos, con la intención de conectarnos entre nosotros. Son un recurso importante en nuestro deseo de comunicarnos y contactar con otros. Para mi no hay duda, son unas creaciones colectivas llenas de utilidad y creatividad, diseñadas para compartir con libertad lo que somos y amamos. ¿Tu lo ves así también en tu experiencia?

Internet tienen sus contradicciones, que son parte de nuestras contradicciones humanas. Por eso, cuanto más exploro la Red de Redes, más aprendo sobre nosotros, los seres humanos. Es curioso, para mi, el comprender y usar la maquina, me ayuda a descubrir y valorar más nuestra exuberante condición humana.

Este libro que estoy escribiendo sobre el factor socio-humano de Internet, surge en primer lugar, de mi deseo de comunicaros lo que siento sobre esta fecunda interrelación entre la web y los seres humanos. Un puente entre la máquina y sus maquinistas humanos. En segundo lugar, quiero expresar mi percepción de que Internet es la evolución natural de nuestro deseo humano de estar cada vez más cerca unos de otros. ¿Lo sientes?

No estamos solos. ¿Verdad? Estamos ligados a otras personas y a nuestro entorno. Vivimos y somos en relación. Lo que cada uno hacemos, influye a los demás y al planeta. Si… es hermoso. Y en esta conciencia, podemos ver que internet ha venido para ampliar nuestros lazos, y ayudarnos a vivir en comunidades cada vez más ricas, sabias y profundas. Esa parece que es su vocación… y la nuestra.

Aprendamos juntos a vivir en esta interrelación humana. Usemos la máquina de internet con inteligencia y sentido colectivo. Solo estamos empezando como humanidad a sacar partido tanto de las posibilidades de la tecnológica, como de nuestras propias virtudes humanas. Somos aun aprendices. Aun estamos descubriendo como vivir y a compartir desde el amor y la autenticidad. Estamos en camino. El futuro es incierto, pero yo estoy convencido de que en él habrá internet y nuestra vivencia como seres humanos. El mundo del Net y del Ser. El espacio mixto del Ser-Net ¿Te apuntas a vivir y crear nuestro presente y nuestro futuro?
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Estoy muy centrado estos días en completar mi libro sobre el factor social y humano de Internet. Y esto era uno de mis textos introductorios, que al final no van a ir en la redacción final. Y no porque no valgan, que si que son muy inspiradores, sino porque me lie escribiendo varios borradores del inicio y al final tengo que elegir. Lo bueno de este libro, es que emerge en interrelación, y no sería posible sin internet y sin el rico contacto humano, presencial y online, con tantos de vosotros. Gracias al InterSer humano.
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