El alumbrado municipal en nuestros países europeos consume en torno al 20% de la demanda energía total. Un gasto enorme que es fundamental minimizar en esta época de crisis económica y ecológica.
Algunos ayuntamientos ya están invirtiendo en la sustitución de sus luminarias tradicionales por iluminación LED. Esto de por si es un ahorro importante, aunque si implementarán sistemas de alumbrado inteligente con ayuda de sensores y sistemas de telecomunicaciones, el ahorro sería aun mayor.
Jorge en su blog nos muestra el siguiente cuadro, pensado para un pequeño municipio con 500 farolas. En él compara las 3 tecnologías de iluminación: La de luminarias de vapor de sodio, la de LEDs, y la de LEDs con sistemas de alumbrado inteligente. Para esta última el ahorro puede superar el 80%, pasando de más de 40.000 euros anuales de gasto a menos de 8.000 euros:
Las luminarias LED permiten adaptar su luminosidad en función de múltiples parámetros como las distintas horas de la noche, la época del año y sus variaciones poblacionales, el día de la semana, la fase de la luna, las condiciones ambientales (lluvia, niebla, ...) o la presencia de vehículos o personas en las cercanías. Si tenemos en cuenta todos estos factores y programamos el flujo luminoso de forma inteligente, contando con sensores de presencia y un sistema informático conectado a internet, podemos conseguir importantes ahorros en el consumo eléctrico, y por tanto en la factura de la luz.
Otro punto que a mi personalmente me seduce es unir esta iluminación inteligente con formas autónomas de abastecer de energía a las farolas, como puede ser con un pequeño panel solar. Con ello el ahorro podría ser incluso del 100%. Sobre esto me gusta este sencillo vídeo de farolas solares de la empresa GCE Solar.
Con todos estos ingredientes, tenemos un campo de innovación muy prometedor. Ya está planteada la idea, y es necesario dar algunos pasos más con vistas a generalizarla en muchos municipios: Concretar aun más los aspectos prácticos de estas integraciones tecnológicas, homologar el proceso y ver su viabilidad y permanencia en el tiempo, realizar más experiencias, estudiar formas de financiación concretas de la inversión para cada caso, formar a técnicos y empresas del sector, estudio de proveedores y la normativa, convencer a políticos, alcaldes, prescriptores, etc, ... por señalar solo algunos de estos pasos.
Espero que en los próximos años todo esto sea una realidad en la mayor parte de las ciudades y municipios por todo el planeta.
Otro punto que a mi personalmente me seduce es unir esta iluminación inteligente con formas autónomas de abastecer de energía a las farolas, como puede ser con un pequeño panel solar. Con ello el ahorro podría ser incluso del 100%. Sobre esto me gusta este sencillo vídeo de farolas solares de la empresa GCE Solar.
Con todos estos ingredientes, tenemos un campo de innovación muy prometedor. Ya está planteada la idea, y es necesario dar algunos pasos más con vistas a generalizarla en muchos municipios: Concretar aun más los aspectos prácticos de estas integraciones tecnológicas, homologar el proceso y ver su viabilidad y permanencia en el tiempo, realizar más experiencias, estudiar formas de financiación concretas de la inversión para cada caso, formar a técnicos y empresas del sector, estudio de proveedores y la normativa, convencer a políticos, alcaldes, prescriptores, etc, ... por señalar solo algunos de estos pasos.
Espero que en los próximos años todo esto sea una realidad en la mayor parte de las ciudades y municipios por todo el planeta.
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