Últimamente la crisis mundial lo llena todo. Y en este contexto, la fractura entre el sistema político y el económico, frente a la sociedad civil se hace cada vez más profunda. Cada parte defiende sus posturas, y cada grupo parece que va en direcciones opuestas. A mi esto me preocupa. Hace años escuchaba a Fredy Kofman (en esta conferencia en vídeo sobre La Rebelión de Atlas) en la que hablaba de la necesidad de alinear los objetivos particulares de los distintos grupos y personas, con los objetivos globales de todo el ecosistema que los incluye a todos. Y para ello ponía un ejemplo [ver a partir del minuto 56] que me parece sumamente clarificador, y con algo con lo que todos estamos familiarizados: el fútbol.
En un mismo equipo de fútbol, los defensas tienen como objetivo defender la portería y no recibir goles. Cuantos menos goles mejor. Para ellos, recibir uno o ningún gol puede ser admisible. Por contra, los delanteros tienen la meta de marcar cuantos mas goles mejor. Con esta lógica, si el partido acaba perdiéndose por 5 a 6, para los delanteros puede ser un logro, mejor que ganar 1 a 0, ya que han marcado más tantos. De igual forma, un perder por 0 a 1 puede ser admisible por la defensa, que centrados solo en mantener la portería con pocos goles, lo pueden preferir a ganar por 5 a 4.
Pero todos sabemos que en el fútbol las cosas no funcionan así, y que esto sería una locura. En realidad hay un objetivo global, que va más allá de los objetivos particulares de los defensas y los delanteros. De tal forma que los grupos se alinean y dan lo mejor de si buscando tanto hacer bien su parte, como en facilitar la meta colectiva, que es ganar el partido.
De igual forma, en este mundo globalizado, cada grupo político, económico y cívico tiene sus objetivos particulares. Para un gobierno su meta principal gira en torno a la estabilidad de una nación. De igual forma, para el sistema financiero y las empresas su misión va dirigida a fomentar el crecimiento y la ganancia. Y finalmente, para los ciudadanos y la sociedad civil, lo que buscamos es que todo el mundo estemos bien, tengamos medios de vida dignos, y desarrollemos juntos una fraterna cultura colectiva.
Si un grupo, para maximizar sus objetivos particulares, pisa los objetivos de otro grupo, mal vamos. es una locura y un acto de violencia. Y esto esta pasando. Hay muchos grupos ciudadanos enfrentados a los intereses empresariales, poniendo trabas al crecimiento y a sus licitas ganancias. Por contra, el sistema financiero y las empresas en muchas ocasiones no se preocupan de los efectos dañinos de sus actos, como en los desahucios generalizados por no pagar la hipoteca. Mientras, algunos políticos coartan las expresiones civiles en aras de mantener la estabilidad del territorio. En algunos casos la política y la economía se apoya. En otras situaciones se enfrentan.
Todo esto lo podemos ver bien en la respuesta que da cada grupo ante esta crisis global que estamos viviendo. Son respuestas contradictorias y en muchos casos nada alineadas con las necesidades de todos. Para los políticos, su reto es mantener la estabilidad y que el sistema global no se rompa. Para ello, si es necesario recortar, se recorta de servicios importantes para el ciudadano. Y esto para buena parte de la sociedad civil es inadmisible. Estos están hartos del sistema, y quieren que sea reformado de raíz, sin perder los logros civiles. Todo esto agravado por situaciones límites de muchas familias. Por contra, la tendencia de algunos bancos y empresas, en el mejor de los casos, es a aprovechar la situación para ganar mercado y beneficios, y en el peor de los casos sobrevivir sin perder demasiado, dejando en la estacada, si es necesario, a trabajadores superfluos.
Es un tema muy complejo, y estos ejemplos son solo para ilustrar, sin pretender anclarme en ninguna postura, ni moral particular. Y como podéis imaginar, estos grupos no son estancos del todo. Yo como emprendedor y ciudadanos tengo algo de los tres grupos, y por eso intento entenderlos y servir de mediador.
¿Que nos enseña el fútbol y el ejemplo anterior sobre la crisis financiera, económica, político, social, ciudadana, cultural, y global, que estamos padeciendo? Pues que todos estamos en el mismo barco, y que tenemos que aprender a alinear nuestros objetivos hacia el bien global. Esto no es fácil, pero ya hay personas y grupos haciéndolo. Políticos conscientes de alinear todos estos aspectos, empresas con autentica responsabilidad social y ecológica, y ciudadanos innovadores y mediadores que buscan un cambio progresivo a nivel humano.
Todos juntos, necesitamos aprender de esta crisis y sobrepasarla. Y no podemos hacerlo por separado. Juntos podemos clarificar que posturas son dañinas para todos, y proponer su disolución. La sociedad civil, las entidades publicas, y las organizaciones empresariales, debemos dialogar y tener en cuenta a los otros grupos. De la crisis no saldremos solo con recortes políticos, ni solo con esfuerzos económicos, ni tampoco con revueltas ciudadanas. O nos salvamos todos a la vez, y para ello necesitamos alinear y aprovechar lo que cada ámbito humano puede aportar, o posiblemente colapsaremos en una larga crisis de civilización de resultados imprevisibles.
¿Jugamos juntos, o jugamos fragmentados? Si vamos separados, todo seguirá igual, con los políticos en la defensa sin visión de juego, las empresas en la delantera obsesionados por meter y meter, y claro, los ciudadanos en las gradas, aburridos, esperando que los otros resuelvan el partido.
Si vamos juntos, y nos alineamos al bien colectivo, todos viviremos un gran encuentro de fútbol, donde hasta el equipo contrario disfrutara de la sana competición. Con unos delanteros eficaces, que meten goles, pero que también presionan adelante, roban balones, y bajan a defender. Con defensores seguros, que saben también provocar salidas rápidas y pases largos hacia los delanteros. Y un publico entregado y activo, que dialoga con los jugadores y los estimulan. Y donde el fin último es la diversión colectiva y sinérgica de todos. Y si para ello, hay que decir a algún jugador o algún violento del publico que no queremos jugar o participar con ellos, lo haremos.
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