Hablaba en la reflexión anterior de que es necesario que la cultura moderna industrial resuelva su disociación con la cultura pre-moderna. De esto habla Juan Freire en su articulo la era industrial fue una anomalía.
La cultura tradicional - muy ligada a la naturaleza - fue marginada por la modernidad, lo que tiene mucho que ver con la deshumanización en la que vivimos. Para ella es más importante la producción que vida emocional de las personas. Lo pequeño dejo de ser hermoso, lo cercano ya no importaba, lo artesano se convirtió en anécdotico.
Ahora la cibercultura que emerge, más consciente de esta anomalía disociatoria de la modernidad, parece que trata de recuperar lo perdido en el tiempo, y empieza a integrar en sus planteamientos y en sus acciones lo bello de la pre-modernidad con lo útil de la modernidad. Algo así como sumar la emoción creativa con la razón utilitaria, o la de integrar la utopía social con la innovación pragmática. ¿Os suena?. Y amigos, este fenómeno me enamora, y lo vamos construyendo con el dialogo social.
Si, ... esta parece la gran innovación cultural en la que todos estamos participando. O por lo menos así lo interpreto yo. ¿Como lo veis?
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